Podemos decir con orgullo y profunda admiración que las últimas cuatro décadas de la vida de Marko Franović han estado marcadas por extraordinarios gestos de generosidad hacia las comunidades australiana y croata. La mano de Marko brindando asistencia que se extiende a través de los continentes en los esfuerzos por una mejor democracia y vida para todos. Es una persona que siente un profundo amor por la humanidad, que se rige por la bondad práctica y la cortesía hacia la humanidad. Ha integrado sus obligaciones comerciales, filantrópicas y cívicas con la comunidad y ha seguido un estándar de ciudadanía individual y corporativa que refleja en gran medida lo que buscamos en la sociedad y en lo que confiamos para mantener la preservación de la generosidad y la bondad hacia los demás.

Aunque prefiere caminar desinteresadamente, en silencio, bajo el radar del escenario brillante y los focos, es un hombre al que le gusta apoyar y brindar lo mejor que puede, no recibir. Su paso firme por el panorama social de la patria de Croacia y Australia, numerosos roles públicos, contribución al cuidado social, político y cultural y logros de los que muchas veces se ha hablado y analizado durante muchos años, son colosales. Su amor por la primera patria unido al amor por la segunda puede crear “milagros”. Milagros que son silenciosos, muchas veces desapercibidos, pero que para muchos tienen el significado de bienestar que inspira creatividad y progreso.